Notas de Piers, no 171 - Todo iba bien hasta que llegaron los calamares...

Piers Clark habla de Túnez y de envejecer con gracia

La antigua ciudad de Cartago, en la costa norte de Túnez, ha sido durante siglos un centro de comercio e innovación. En la época romana fue pionera en un método único de refrigeración por agua que permitía a los carros correr un poco más rápido (no conozco los detalles, pero supongo que consistía en rociar con agua a los caballos). Hoy sigue siendo una ciudad que se esfuerza por estar en el corazón de la innovación. ONAS es la empresa nacional de aguas residuales, responsable de proporcionar a los cerca de 12 millones de tunecinos un saneamiento fiable. Como en todo el mundo, los ciudadanos quieren tirar de la cadena y olvidarse. Nuestra reunión de hoy tenía por objeto debatir enfoques y tecnologías innovadores que puedan garantizar que ONAS siga prestando este importante servicio. El formato se estableció rápidamente: a través de un traductor, yo presentaba una tecnología; al cabo de unos minutos comenzaba una vibrante conversación, en una gloriosa mezcla de francés, árabe e inglés; finalmente, la algarabía subsiguiente alcanzaba su clímax natural y pasábamos a la siguiente tecnología de mi lista. Y así hasta completar la lista.

A medida que avanzábamos en la lista, me sorprendió ver cuántos problemas son comunes a las empresas de aguas residuales de todo el mundo (costes de aireación, producción de energía). Sigue habiendo algunos problemas específicos de cada lugar, pero incluso éstos no son más que puntos aislados en la historia. Por ejemplo, en los años 80 el reto en el Reino Unido era cómo eliminar los metales pesados de nuestros lodos de depuradora. Es el mismo reto al que se enfrenta hoy Túnez. En el Reino Unido resolvimos el problema cerrando sistemáticamente nuestra industria manufacturera. Los quisquillosos tunecinos parecen querer una solución más avanzada y sostenible.

Otro de los motivos de mi visita a Túnez fue participar en la iniciativa TEAM. TEAM son las siglas de Training and Education in Africa and Middle East (Formación y Educación en África y Oriente Medio), y consiste en la creación de un centro de formación en Túnez que pueda servir a toda la región. Su formación permitirá a los operadores africanos localmente, sin las barreras lingüísticas, culturales y económicas que enturbian los programas internacionales de formación. La lógica que subyace a TEAM es bastante sencilla: si los operadores están mejor formados, el sector africano del agua recibirá más financiación (ya que los inversores obtendrán un mayor rendimiento de unos activos mejor gestionados). Más inversión significa que más personas obtienen mejores servicios de saneamiento. Se trata de un bello modelo de fortalecimiento institucional que va directo al meollo de la cuestión.

El hombre detrás de TEAM es Fethi Merchi. Fethi es un hombre de voz tranquila, pero con la pasión y la visión necesarias para hacer de TEAM una realidad. Sin Fethi, TEAM no sería más que un concepto vago. Ayer conocí a Fethi por primera vez, en una cena en un restaurante local de pescado. Todo iba bien hasta que llegaron los calamares. Habíamos estado hablando, como se hace, de nuestras familias y carreras, encontrando puntos en común y experiencias compartidas. Fue entonces cuando Fethi comentó que yo tenía "muy buen aspecto para mi edad".

Al principio me sentí halagado. Soy plenamente consciente de que los últimos meses me han pasado factura. He estado de viaje 54 de los últimos 80 días y mi desfase horario ha alcanzado proporciones tan épicas que mi cuerpo ya no sabe cuándo debe comer, dormir o vaciar sus intestinos (¿TMI?). En vano me he dicho a mí misma que las arrugas que han aparecido recientemente alrededor de mis ojos son líneas de la risa, aunque en el fondo sé que son signos de desgaste. El comentario de Fathi de que parezco joven para mi edad fue un estímulo para mi debilitado ego.

Hasta que se hizo evidente que en realidad pensaba que yo tenía 62 años.

¡Sesenta y dos!

Tengo 48 años.

En algún lugar he perdido una década entera.

Al darse cuenta de su error se hizo un silencio embarazoso, muy parecido al momento en que uno felicita a una mujer grande por estar embarazada sólo para descubrir que no lo está. No importa lo que digas a continuación, no puedes recuperarte.

Por supuesto, no estaría tan mal si Fethi, que ya desborda gracia, encanto y generosidad, no pareciera un treintañero.

Tiene 57 años. No estoy celoso.

An artist's interpretation of Piers at 62.
Impresión artística de Piers a los 62 años.
Previous Post
Ahorre tiempo y recursos: únase al escaparate de IsleChemy
Entrada siguiente
Contribución de Isle a la economía circular: orientar el tratamiento de aguas residuales hacia la recuperación de bioproductos
Spanish